martes, 20 de febrero de 2007

La carta

"Querido Álvaro:

Gracias por confiar de nuevo en mí, y en mi criterio (ya que uno y otro somos aliados).

Me ha gustado mucho el texto que me mandas. Como casi todo lo que te leo, es original, tiene fuerza y tiene personalidad. Sobre todo eso: tiene tu sello. Y tener sello es muy importante en esto de la escritura.

Como siempre (ya sabes, vengo de una escuela en la que por muy perfecto que sea algo, siempre se encuentran áreas de mejora), he hecho algunas correcciones. Usas mucho la coma como signo puntuación. ¿Es uso, o abuso?. A mi me va más el punto, ya lo sabes. Al menos, el punto y seguido. A veces el aparte también me apetece, pero menos. Será porque en el colegio no paraban de darme la lata con el rollo de las frases cortas, que lo explican todo más clarito. Yo, el punto. Tú, la coma. Yo, las decisiones temperamentales y definitivas. Tú, la pausa y la respuesta más meditada. Yo camino hacia lo irreversible. Tú avanzas tranquilo y paciente, dejando menos puertas cerradas a cal y canto.

En cualquier caso, a lo que iba. Creo que sería bueno que el tema de la puntuacion y de la longitud de las frases que utilizas lo comentaras con tu profesora. Que te diera su punto de vista tanto desde la vertiente de la corrección técnica como del estilo. Sácale un poco de juguillo individualizado a tu realidad. A tu escritura.

Sigue así. Persevera porque vas por buen camino.

Y no me malinterpretes. La coma tiene también su utilidad.

Siempre a tu disposición.

Recibe un fuerte abrazo"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy como álvaro, abuso de las comas y las frases largas.
Aunque a mí también me repetían en el cole lo de las frases cortas.

Un abrazote. óscar

Anónimo dijo...

Usar la coma puede nacer de la necesidad de explicar cada paso, o tamibén porque uno se aferra a lo poco que tiene, y poner un punto sería perderlo, y pasar a lo siguiente. Y ya se sabe, más valo lo malo conocido...