lunes, 11 de junio de 2007

Distancia y añoranza

Si tú no vuelves
se secarán todos los mares


Había escuchado una y mil veces aquellas palabras y las notas que las acompañaban. Estaba enganchado a ellas a pesar de que formaban parte de la balada más triste que jamás había escuchado. Que jamás se había escrito. Que jamás se había compuesto.

Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía
que te cuente cómo estoy y sepas lo que hay


A miles de kilómetros de distancia el pareado cobraba vida de nuevo, y dolía más. Sabedor de la lejanía que les separaba, la añoranza le atenazó de tal manera que el agua brotó de sus ojos. Pensó en la conversación que hubieran tenido aquí, en el comentario que hubiera suscitado aquello que veían o en el chiste que hubiera inventado para hacerle reír. Cada noche, antes de dormir, como en la canción, se lo contaba en silencio.

Si no vuelves no habrá vida no sé lo que haré.
No sé lo que haré


Derrotado por el cansancio apagó su mirada. Se hizo resbalar por el cuero del asiento del avión hasta quedar en una posición cómoda. Alcanzó a tenerle en mente unos segundos. "Vuelve, por lo que más quieras".

1 comentario:

Anónimo dijo...

"...buscando horizontes..." que al menos eso nunca falte...