miércoles, 17 de octubre de 2007

Fácil versus difícil

Cuando se recala en un lugar con una red de metro extensa, como es el caso de Londres, uno tiene la tentación de convertir este medio de transporte en monopolio absoluto de los desplazamientos por la ciudad. Es rápido y las posibilidades de perderse parecen pequeñas. Llegas a todos lados, los transbordos son sencillos. Todo son ventajas. Es la opción fácil.

Pero en Londres se circula por la izquierda y las cosas son al revés. En Londres hay que hacer un pequeño esfuerzo inicial por entender los gráficos que explican cómo llegar a todos lados montado en un segundo piso sobre ruedas. Es la opción que parece más complicada, pero una vez se prueba, no se vuelve a bajar a las catacumbas.

En Londres sucede que hay que optar por lo difícil. Hacer un esfuerzo para empezar. Arriesgar para acabar ganando.

Yo elegí y tomé el camino arriesgado. Para ganar.

Paso 1: encontrar un plano que explique cómo moverse usando el autobús. Es más sencillo de lo que uno se puede imaginar



Paso 2: subirse al segundo piso (Trafalgar Square, Londres, 14 de octubre de 2007)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta Londres. No s'e qu'e tiene esa ciudad, porque si lo pienso no es la m'as bonita; pero tiene algo. Supongo que adem'as tambi'en cuenta que fue la primera ciudad del extranjero que vi, y uno de mis primeros trabajos. Fueron tiempos buenos. Un beso.
'oscar.