lunes, 19 de marzo de 2007

Madrid


Hay un Madrid de grandes avenidas, de fachadas iluminadas, de imponentes edificios que juegan a ser imperiales. Hay un Madrid de pisos de trescientos metros cuadrados donde las cenas de amigos las sirve un camarero de guante blanco.

Hay un Madrid de gente que vive en bajos oscuros de habitaciones realquiladas o en palomares acondicionados al uso de otro tipo de animales. Un Madrid de fachadas descarnadas de puro hormigón.

Hay un Madrid de calles en cuesta, que salvan con escalones empedrados sin fin. Un Madrid antiguo lleno de sorpresas, rincones y tesoros por descubrir. Un Madrid con muchas historias que contar porque muchas de ellas nunca han llegado a contarse.

Hay un Madrid donde no importa de qué pie cojeas, porque da igual. Un Madrid abierto y tolerante donde qué más da lo que hagas o puedas hacer mientras no molestes a los demás.

Hay en Madrid un secreto, un pequeño jardín colgante, en una esquinita de La Latina, de suelo enlosado de ladrillo viejo, que pocos conocen. Un jardín que siempre estará en mi memoria.

Hay un Madrid de cines en versión original, de escenarios, luces y bambalinas, de rincones que recuerdan a tantas otras escenas que vimos en la pantalla. Hay un Madrid de actores y actrices que cada día interpretan su función y luchan por llegar a fin de mes, o por realizar sus sueños, o por conseguir grabar un disco.

Hay un Madrid con versos incrustados sobre el pavimento de las calles. Un Madrid para pasear y para leer, donde las horas y los fines de semana se cuelan entre los dedos como si fueran arena fina de playa.

Hay un Madrid de imponentes iglesias y de cúpulas inalcanzables. Un Madrid con viaducto al que un amigo mío evitó muchas visitas de suicidas, de gente que había perdido la esperanza y probablemente no encontró consuelo bajo techo sagrado. Pero también hay un Madrid de gente que tiene fe y obra en consecuencia aunque siguiendo diferentes vericuetos.

Hay un Madrid del poder, de torres de cristal, de oficinas de diseño, de alturas de vértigo que impresionan e imponen a quienes las visitan.

Ahora ya conozco todos esos madrides.

Pero no hay Madrid si es sin ti.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me recuerda a una canción que lo mismo conoces, que también se llama Madrid, y que dice... "eres tú mi rincoón favorito de Madrid".Pues a disfrutarlo.

Caos dijo...

Madrid tiene alma y se nota en sus calles, en sus noches, en tu relato.

Bss

Anónimo dijo...

Joé, ¡qué bonito! Me alegra de que ya conozcas todos los rincones de Madrid y sobre todo el más importante. óscar
Abrazos