jueves, 10 de mayo de 2007

Reflexiones (aparentemente) anacrónicas

Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un encuentro con Lech Walesa (ex Presidente de Polonia y Premio Nobel de la Paz) y Vaclav Havel (ex Presidente de la República Checa). Ambos fueron los líderes de sendos movimientos civiles que llevaron a cabo la revolución pacífica con la que se puso fin a los totalitarismos comunistas de sus respectivos países.

Los dos líderes repasaron las claves de esa transición que ha llevado a sus sociedades a niveles de bienestar y libertad impensables hace 20 años. Pero lo que me llamó la atención fueron sus menciones al rol que, desde su punto de vista, han jugado los Estados Unidos en la historia mundial del siglo pasado. Llamaban la atención esos comentarios por producirse en un momento de gran (y posiblemente merecido gracias al liderazgo que actualmente sufren, los pobres) descrédito y demonización de los Estados Unidos de América. Fueron unas observaciones que apelaban a la ampliación de la perspectiva histórica que es preciso tener. Las mencionadas reflexiones se verbalizaron aproximadamente de la siguiente forma y manera:

•"Europa generó dos grandes guerras mundiales. Y fueron los Estados Unidos los que, al final, permitieron alcanzar una salida (relativamente airosa, con la derrota de los totalitarismos causantes de las mismas) a esos conflictos"

•"Debemos a los Estados Unidos una gran parte de la transición de los países de antiguo régimen soviético a la democracia, por la presión implacable que ejerció durante años sobre la Unión Soviética. Cuanto menos, dicha presión sirvió para acelerar los acontecimientos"

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