domingo, 24 de junio de 2007

El año escolar

Desde que éramos críos la unidad temporal relevante en nuestras vidas es el curso escolar. Al ritmo del paso que marcan las vacaciones de verano y los hitos intermedios de navidad y semana santa, los ciclos se repiten año tras año, evidenciando el avance del tiempo con mucha más fuerza que los periodos del calendario gregoriano.

Y aquí estamos otra vez. El curso acabando, un año más. Pensando en lo que hemos vivido desde el septiembre pasado. Anhelando las vacaciones que ya llegan. Deseando que no nos haya quedado ninguna asignatura pendiente, cruzando los dedos para que esos examencillos que todavía están por llegar vayan bien.

Yo me matriculé en un curso nuevo el año pasado, allá por junio, como el que recurre al acceso a la universidad para mayores de 25 años (bueno, sí, bastante más de 25, pero nunca es tarde cuando la dicha es buena). Era jodido porque la temática era totalmente nueva para mí, y compaginar el estudio con el resto de mis obligaciones y responsabilidades, mi mundo, era difícil.

Mirando atrás me da la impresión de que todo ha sido más fácil de lo que imaginaba. Creo que he podido asimilar las asignaturas bastante bien, pese a los altibajos, la falta de tiempo, de atención, de dedicación en suma. Además el aprendizaje ha valido la pena, porque aprender, he aprendido mucho.

Espero que me den el aprobado y poder pasar al curso que viene. Y así poder repetir el ciclo que marca la vida. El año escolar.

lunes, 11 de junio de 2007

Distancia y añoranza

Si tú no vuelves
se secarán todos los mares


Había escuchado una y mil veces aquellas palabras y las notas que las acompañaban. Estaba enganchado a ellas a pesar de que formaban parte de la balada más triste que jamás había escuchado. Que jamás se había escrito. Que jamás se había compuesto.

Y cada noche vendrá una estrella a hacerme compañía
que te cuente cómo estoy y sepas lo que hay


A miles de kilómetros de distancia el pareado cobraba vida de nuevo, y dolía más. Sabedor de la lejanía que les separaba, la añoranza le atenazó de tal manera que el agua brotó de sus ojos. Pensó en la conversación que hubieran tenido aquí, en el comentario que hubiera suscitado aquello que veían o en el chiste que hubiera inventado para hacerle reír. Cada noche, antes de dormir, como en la canción, se lo contaba en silencio.

Si no vuelves no habrá vida no sé lo que haré.
No sé lo que haré


Derrotado por el cansancio apagó su mirada. Se hizo resbalar por el cuero del asiento del avión hasta quedar en una posición cómoda. Alcanzó a tenerle en mente unos segundos. "Vuelve, por lo que más quieras".

domingo, 10 de junio de 2007

Moscú

La catedral de San Basilio parece de juguete.

Las rubias caminan sobre tacones inverosímiles. Morenas que no parecen de este mundo (sostengo que provienen de experimentos de la antigua ingeniería genética soviética en pos de la perfección de la raza eslava) te zurran con un mero cruce de mirada.

Es difícil discernir si un tipo encorbatado es un joven ejecutivo, ambicioso y ávido por incorporarse al grupo de nuevos ricos de la ciudad o un esbirro de la mafia. Cuando gira de forma intempestiva, se dirige hacia un portal sospechoso y teclea una clave secreta para ganar acceso al inmueble las apuestas favorecen a la segunda opción.

La corruptela se extiende a las cajeras de los museos que, primero te convierten en estudiante y, a continuación, comparten generosamente contigo el ahorro que tal condición supone en el precio de la entrada.

El tráfico no motorizado se haya perjudicado de forma claramente alevosa. Los peatones deben decidir constantemente si sortear a pelo decenas de vehículos avanzando por los 10 carriles de cualquier calle en cuestión, caminar 400 metros para superar el asfalto por un paso subterráneo o bien caminar un poquito más (digamos 1000 metros) para alcanzar un semáforo en vías de extinción y poder pasar de los pares a los impares sin enterrarse en vida. Tal situación no impide que se haya pensado en los discapacitados: Para facilitar su acceso a los susodichos y abundantes pasos subterráneos se han habilitado unos raíles sobre los escalones para las sillas de ruedas, en una posición angular próxima a los 45 grados, con lo cual, además de facilitárseles la movilidad, se comprueba al mismo tiempo el temple de sus bíceps.

Comer se come bien, pero controlando el riesgo de ser sableado a razón de 40 euros el plato de pollo "a-la-Kiev".

La especulación inmobiliaria del Occidente es un juego de niños. En Madrid debemos alegrarnos porque todavía estamos lejos de tener que pagar casi 5000 euros al mes (el tercer cero no es una errata) por alquilar un piso de un dormitorio y 90 metros cuadrados.

A la ciudad de Moscú le falta un hervor.

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Así cayó la noche sobre San Basilio el 9 de junio de 2007



Las nubes de la primavera recortan la silueta de las decenas de cúpulas doradas de la ciudad