jueves, 13 de septiembre de 2007

Saber, demoler, doler, pertenecer

I. Sólo tú sabes bien quién soy

Hizo el ejercicio de buscar por internet la cifra más actualizada de seres humanos que pueblan la Tierra. Más de 6000 millones. Y sólo uno entre 6000 millones conocía toda la verdad, o casi toda. Todos los recovecos y todos los ángulos inverosímiles pero ciertos. O casi todos. Toda su realidad, del derecho y del revés.

Uno entre 6000 millones. Ese pensamiento le dio vértigo. Y se sintió totalmente entregada, a expensas de él.

II. Sólo tú doblas mi razón

A menudo él mostraba una razón más poderosa que la suya. Una razón que tumbaba sus argumentos. Una fuerza más potente que cualquiera de sus lógicas. Un algo que demolía su voluntad.

III. No creo que algún día el mar pierda el sabor a sal

Ella sabía que el mar era grande y que su sabor no cambiaría. Era consciente de que habría suficiente agua salada para todas las lágrimas que quedaban por brotar.


IV. Y por eso (por todo eso) es tuyo…